- Ricardo Cantoral Uriza impartió la conferencia “Las matemáticas en el nuevo modelo educativo: una mirada socioepistemológica”
La lectura de electrocardiogramas, el llenado de recipientes de distintas formas con agua y el cálculo del área de un terreno podrían parecer, a primera vista, tareas completamente distintas. No obstante, tras las investigaciones que Ricardo Cantoral Uriza ha realizado con el equipo del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV), del Instituto Politécnico Nacional, ha resultado que no son acciones tan distantes: todas ellas implican un pensamiento matemático que trasciende disciplinas de estudio.
Durante el IV Taller Internacional “Tendencias en la Educación Matemática basada en la Investigación”, organizado por la Maestría en Educación Matemática de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, el académico adscrito al nivel 3 del SNI dictó la conferencia “Las matemáticas en el nuevo modelo educativo: una mirada socioepistemológica”. Ahí, abordó las innovaciones didácticas y pedagógicas que, mediante el trabajo con un amplio equipo de expertos en la materia, resultaron de las reformas legislativas que determinan el nuevo modelo educativo de nuestro país.
La docencia desde una perspectiva socioepistemológica se interesa por los aspectos normativos de la sociedad que favorecen las situaciones de aprendizaje; en este caso, de las matemáticas. Para ello, es necesario actuar de acuerdo con las características del contexto de cada grupo estudiantil: si bien se trata de una propuesta nacional, las diferencias específicas de cada zona son factores fundamentales a considerar para detonar procesos de aprendizaje exitosos.
El pensamiento aritmético: un conglomerado de saberes
En su participación, el posdoctor por la Université París VII Diderot evidenció las fronteras difusas que existen entre las distintas áreas del conocimiento al ser empleadas en situaciones reales. “Lo que entra en juego en la escuela no es la trasposición didáctica del saber científico al aula: lo que se vive es un conglomerado multifactorial de saberes en donde uno es el científico, pero no siempre es el más importante”, enfatizó.
Una muestra de esta postura ha sido la tradicional organización de docentes por academias disciplinarias y no de acuerdo con el grado escolar, en el nivel medio superior. Dicha desarticulación propiciaba el estudio separado de dominios que de forma aparente eran dispares, como la filosofía, el lenguaje y las matemáticas. Debido a ello, fue necesario introducir estrategias que propiciaran el pensamiento abductivo, las cuales están encaminadas a que el joven realice conjeturas, lance hipótesis e incluso sea capaz de refutarlas con evidencia empírica.
“¿Qué significará, en concreto, aprender a aprender? La postura que tomó nuestro grupo de trabajo es que consiste en significar a los objetos formales mediante su uso situado. Es decir, aceptar una postura pragmática del conocimiento, mucho más de tipo sociocultural, que dé cuenta sobre cómo las personas viven cierta realidad”, indicó. En este sentido, lo que se debe buscar en la enseñanza de las matemáticas no es que el estudiante memorice fórmulas, sino que comprenda lo que significan, además de que sea capaz de reconocerlas y trabajar con ellas.
Así, los ejes de la nueva propuesta pueden sintetizarse en cuatro: el tránsito del pensamiento aritmético –es decir, la comprensión del problema planteado- al lenguaje algebraico y no viceversa; la centralidad analítica del cálculo enfocada en lugares geométricos, más que en ecuaciones; la creación de puentes que permitan la transversalidad entre asignaturas y, finalmente, centrar la atención en los aprendizajes esperados. A través de acciones en estos ámbitos, el investigador del CINVESTAV ha comprobado la potencialización del aprendizaje en ambientes experimentales.
Al respecto, narró una de sus experiencias de investigación en torno al aprendizaje situado en la realidad. Durante un día completo, se enseñó a jóvenes inscritos en escuelas de la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI) que cursaban la Especialidad en Enfermería, en el Estado de México, a leer desde la orientación médica un electrocardiograma. Tras ello, fueron capaces de identificar la variación temporal de la corriente eléctrica del corazón aplicando conocimientos de cálculo diferencial, sin que se les enseñara explícitamente dicho tema. En otras palabras: echaron mano de conocimiento matemático para completar una tarea enfocada en la realidad médica.
Aunque no todos los temas que se abordan en el aula tienen un caso correspondiente tan claro con la vida cotidiana como el anterior –como en el caso de la descomposición de un número en factores primos-, se debe enfatizar la funcionalidad y transversalidad de los contenidos enseñados. De esta manera, el alumno será capaz de interactuar con su medio desde la perspectiva de un “aula extendida”.
A pesar de que las dificultades para propiciar este método de trabajo son variadas, Cantoral Uriza tiene la convicción de que ampliar el material especializado para docentes, así como fomentar redes de colaboración en los niveles educativos básico y medio superior mediante cuerpos académicos, son vías idóneas para propiciar la transformación de la enseñanza. “Ninguna reforma es definitiva. La sociedad, el contexto y los enfoques son muy cambiantes: tenemos que aprender a vivir en el cambio. Yo veo esto como una gran oportunidad: logramos que la investigación del CINVESTAV hoy sea de utilidad para los jóvenes que están en todo el país”.