Desarrollan en la BUAP método para preescolares que mejora procesos de lectoescritura

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Lunes, Febrero 25, 2019
  • Yulia Solovieva, investigadora de la Facultad de Psicología de la BUAP, junto con su equipo, propone al dibujo como una herramienta formativa

 

Dibujar constituye un proceso complejo en el que un niño agrupa en un espacio diversos elementos de su experiencia para interpretarse a sí mismo y al mundo que lo rodea. La hoja en blanco representa para él un reto de espacialidad y organización que puede superarse con apoyo del dibujo, así lo plantea en su metodología la doctora Yulia Solovieva, académica de la Facultad de Psicología de la BUAP.

          Al controlar los espacios y dominar el movimiento, el niño madura en distintas formas, aprende a comparar objetos y a encontrar los detalles, explica en entrevista la investigadora adscrita al Departamento de Neuropsicología de la Facultad de Psicología, quien ha comprobado con éxito su propuesta que parte del dibujo como una actividad formativa que facilita y disminuye dificultades en el proceso de lectoescritura.

          Desde hace más de 10 años, la doctora Solovieva ha creado, junto con su equipo, diversas metodologías de enseñanza aprendizaje en niños con y sin dificultades, tanto de su lengua materna como del idioma inglés.

          En el marco de estos trabajos, destaca la publicación del libro Dibujo, como actividad formativa en actividad escolar, de la editorial Trillas, en el que explica estos procesos, basados en un enfoque histórico-cultural, propio de la filosofía de Vygotsky, Elkonin y Leontiev, entre otros.

          La doctora Yulia Solovieva propone el dibujo como un mecanismo para potencializar habilidades en los niños en etapa preescolar, que los preparen para su ingreso a la primaria y el proceso de aprendizaje de la lectoescritura.

Preparándose para la primaria

La intención es que desde esta actividad, dirigida por el docente, se establezcan objetivos específicos para que la etapa preescolar funcione como un apoyo sólido que permita el pleno desarrollo psicológico de los infantes.

           “Tradicionalmente se piensa que la preparación para la escritura en primaria es que el niño lo haga desde preescolar; sin embargo, esto no es así. Antes de que empiece a escribir es necesario prepararlo de acuerdo con las necesidades de su desarrollo psicológico. Por ejemplo, se requiere de una orientación espacial precisa”, sostiene la investigadora.

          Yulia Solovieva insistió en que esta espacialidad confunde a los menores cuando aprenden a escribir, por eso registran problemas para ubicarse en la línea base, escriben incorrectamente los símbolos, pierden orientación, separan las palabras, o bien unen lo que no debe unirse.

          Para prevenir estas dificultades, detalló, hay que analizar los propósitos, estructura, contenido y etapas de introducción del dibujo en la educación preescolar y dar un sentido a la actividad y a la motivación cognoscitiva que debe adquirir el niño en este nivel, como preparación para su ingreso a la escuela primaria.

           “Para el niño, dibujar objetos que lo rodean resulta más atractivo e interesante que repetir de manera mecánica letras o vocales, símbolos que le resultan abstractos. Observar y dibujar un árbol o una flor con más detalle representa una actividad gráfico representativa que antecede a la escritura en sí”, expresó.

En qué consiste el método

El método incluye varias etapas, la primera es externa e implica trabajo con objetos e identificación de sus características diferenciales y esenciales, su comparación e identificación de formas.

          Después se pasa al trabajo simbólico con el planteamiento de gestos simbólico-expresivos para llegar a la representación de líneas horizontales y verticales a través de gestos y pantomimas; posteriormente se inicia con la etapa de dibujo.

           “Se trata de un trabajo integral, atractivo, muy interactivo y afectivo, inclusive las maestras también sacan provecho porque les reduce el estrés y las emociones negativas que se pueden dar al realizar actividades mecánicas y poco reflexivas, ya que se genera un ambiente muy positivo en el salón de clases, con grupos pequeños”.

Resultados comprobados

Este método implica una hora de trabajo diario y abarca menores de 3 a 6 años. Hasta el momento se ha probado en al menos seis generaciones de preescolares, a quienes también se les midió su rendimiento al pasar a la escuela primaria.

          Los resultados arrojaron que los maestros trabajan más fácil con niños que estuvieron bajo este método, comparado con niños que no saben dibujar y no entienden que es la imagen representativa.

           “El proceso lectoescritura muestra menor cantidad de errores y mayor éxito de avance. Hemos hecho estudios comparativos en niños de San Pablo del Monte, del mismo preescolar, donde tenemos el grupo control y el grupo experimental y ambos mostraron diferencias en cuanto a sus habilidades visoespaciales al entrar a primaria”, añadió la investigadora.

          Las diferencias se observan en la presencia de errores visoperceptivos y en las pruebas neuropsicológicas; es decir, los niños del grupo control no muestran un impacto cualitativo en el desarrollo, y los del grupo experimental sí, ya que no invierten letras, copian correctamente y respetan el espacio entre las palabras.

          Otro aspecto que se observó fue que los niños que siguen este método tienen un dibujo muy creativo, un desarrollo espacial perfectamente organizado, dibujan más elementos y son más expresivos sobre lo que hacen. En cambio el otro grupo dibuja menos, omite hacer detalles, evita incluir rasgos expresivos y por supuesto habla y participa menos.

           “Todos estos aspectos se reflejan en la personalidad del niño. Con nuestra propuesta se vuelven curiosos, comunicativos y muy expresivos. También tienen excelente manejo de formas y proporciones y esto se refleja en las habilidades de la comprensión lectora, mientras que en los otros grupos pueden ser poco participativos y se cansan rápido”.

          Finalmente, la investigadora insistió en que si alguna institución muestra interés por este método, compra el libro o requiere asesorías, el grupo académico que trabaja en este proyecto puede brindar apoyo para capacitar a las docentes.

          “Nosotros estamos muy interesados en que las instituciones lo prueben. El método además tiene la ventaja de no requerir ninguna instalación especial, ni gastos, solo una preparación previa que con gusto daríamos”, expresó la doctora Solovieva.

          Este método también ha permitido la publicación de artículos en revistas internacionales indizadas, así como elaboración de tesis de posgrado.