- Buscará contribuir a desarrollar una vacuna eficiente contra la malaria
- Formará parte del equipo del doctor Arturo Reyes Sandoval, quien ha elaborado vacunas contra el ébola, dengue y chikungunya
Paulina Morales Ruiz, alumna del noveno semestre de la Licenciatura en Medicina de la BUAP, forma parte de los 32 candidatos aceptados, de 238 aspirantes, para cursar un posgrado en The Nuffield Department of Clinical Medicine (NDM), de la Universidad de Oxford, en Reino Unido. En esta institución formará parte del equipo de investigación del doctor Arturo Reyes Sandoval, mexicano que lleva más de 10 años laborando en Oxford y ha desarrollado varias vacunas contra enfermedades, como el ébola, dengue y chikungunya.
Una vez graduada en diciembre, en enero de 2019 Paulina cursará el Doctorado en Clínica Médica en la institución de habla inglesa más antigua del mundo. Sus dos primeros años de estudio serán avalados por la Facultad de Medicina, como equivalentes del internado y servicio social en investigación.
Su propósito en los próximos cuatro años será encontrar nuevos antígenos para generar una vacuna contra Plasmodium vivax, parásito causante de la malaria benigna, considerada una de las tres principales causas de muerte en el mundo, junto con el VIH y la tuberculosis. Esta patología se ha pretendido erradicar a lo largo de la historia, pero hasta la fecha los esfuerzos son poco alentadores.
“La única vacuna que ha llegado tan lejos para detener malaria está en la Universidad de Oxford y la lleva el equipo del doctor Reyes Sandoval. Yo quiero contribuir a este objetivo”, afirma.
La mayoría de su tiempo estará en un laboratorio de investigación realizando tareas de aislamiento proteico, así como análisis de materiales y sustancias.
El inicio de su pasión
“Sonará a cliché, pero estudié Medicina porque quería ayudar a la gente. Me apasionaba ver que algo que yo hacía sirviera”, expresa Paulina Morales Ruiz, quien deja en claro su vocación de servicio y preocupación por curar enfermedades.
Su interés por los microorganismos derivó de sus clases con la doctora María Elena Cárdenas Perea, académica de la Facultad de Medicina. Fue ahí que decidió dedicarse al tema y al padecimiento generado por un vector: la malaria.
Si quería dar en el clavo y combatir esta enfermedad debería vivir el contexto de la misma. Así, en 2015, se postuló como voluntaria para realizar una estancia de nueve semanas en Kenia, país del este africano y lugar endémico del paludismo. Era su segundo año de la carrera, no sabía tanto de farmacología, mucho menos cómo actuar ante tal padecimiento. “A mí me pintaron a Kenia como el país con más muertes por malaria. Yo no sabía qué esperar, me fui vacunada, con medicina, con antibiótico, con todo”.
En ese verano trabajó con médicos en distintos hospitales y clínicas del estrato social más bajo de esa nación, principalmente en Nairobi. Le tocó ver casos, ayudar, explorar al paciente y emitir recetas. Observó que la gente de ese lugar no dimensiona el alcance del mal, pero a pesar de ello aprende a vivir con él.
Esta experiencia cambió completamente su panorama y se cuestionó por qué no servían los antibióticos. “Eran preguntas que la medicina ya no podía abarcar. Podía cuidar y tratar al paciente, pero no podía llegar más lejos. Fue cuando decidí dedicarme a la investigación”, comenta.
Vocación científica
Por azar o destino, al participar en un congreso sobre avances en el control de mosquitos, impartido por la Universidad de Oxford, Paulina Morales conoció al doctor Arturo Reyes Sandoval, quien la alentó a realizar un verano de investigación en dicha institución. A partir de ese momento, mantuvieron comunicación por dos años y medio.
En su búsqueda de convocatorias de intercambio estudiantil, la estudiante de Medicina encontró una estancia académica en la Universidad de Lancaster, en Inglaterra. Ahí conoció al doctor Gordon Hamilton, quien la aceptó como interna para trabajar con el parásito Leishmania, transmitido por el mosquito flebótomo. En este laboratorio aprendió desde cero: a diseccionar los mosquitos y aislar la molécula de interés.
Durante su año de intercambio -en 2017- cursó además todas las clases que le darían las bases para crear una vacuna: parasitología molecular, inmunología y técnicas de laboratorio bioquímicas y biomoleculares.
Antes de su estancia en Inglaterra, Paulina se enfocó en materias de investigación, como infectología, epidemiología y diagnóstico molecular de parásitos. Asimismo, quería complementar el área médica por lo que realizó prácticas en el INAOE.
Durante año y medio formó parte del equipo del doctor Jorge Castro Ramos, enfocado al área de física biomédica. En el estudio de la espectrocopia Raman, la joven investigadora aportó información médica sobre las reacciones en el cuerpo humano al incidirle luz. Este trabajo derivó en el desarrollo de un protocolo de investigación para detectar glucosa y bilirrubina en sangre, además de la publicación de un libro en proceso de impresión por parte de la BUAP.
La joven científica espera su carta de aceptación para cursar un posgrado en la Universidad de Oxford, la cual llegará en marzo, y cumplir su sueño: ayudar a la gente.