- Las nueve instituciones involucradas se preparan para la tercera toma de datos de la Organización Europea para la Investigación Nuclear con apoyo del Conacyt
Con el respaldo renovado y firme del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la BUAP y ocho instituciones del país continuarán con su destacada participación en el reinicio de la toma de datos de los experimentos Alice, AMS, CMS y NA62, así como del grupo BEAM, en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), siendo la Máxima Casa de Estudios en Puebla la universidad líder en este proyecto científico mexicano.
“Nosotros en la BUAP tuvimos la fortuna y el enorme compromiso de dirigir esta iniciativa, logrando un apoyo de poco más de 18 millones de pesos, el mayor monto económico que el Conacyt ha otorgado a un proyecto científico”, destacó el doctor Arturo Fernández Téllez, investigador de la BUAP y responsable técnico de esta colaboración conjunta.
En esta participan 77 investigadores y estudiantes del Cinvestav, del Instituto de Física de la UNAM y de las universidades Autónoma de Sinaloa, Autónoma de San Luis Potosí, Iberoamericana, de Guanajuato, de Sonora, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM y por supuesto de la BUAP.
Gracias a este apoyo, así como al respaldo y recursos que también otorga la BUAP, se podrá continuar con la vinculación que se mantiene con uno de los laboratorios de Física de Altas Energías más complejos en el mundo, el CERN, donde se deja huella del trabajo de científicos y estudiantes mexicanos, lo que contribuye además a la proyección internacional de esta casa de estudios.
El investigador destacó que con el apoyo de la universidad los estudiantes de posgrado pueden realizar estancias largas de investigación en el CERN, lo que permite que se involucren en proyectos de gran alcance y presenten sus trabajos en un ambiente real, bajo la supervisión y evaluación de investigadores de alto nivel de todo el mundo.
“Desde que estamos colaborando en proyectos del CERN hemos graduado a siete estudiantes de doctorado, 12 de maestría y al menos unos 20 de licenciatura, todos dirigidos por investigadores de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP, como Mario Rodríguez, Mario Iván Martínez, Guillermo Tejeda e Iraís Bautista”.
En compañía de la directora del Conacyt, la doctora María Elena Álvarez Buylla Roces, y de investigadores que participan en este proyecto -la doctora Cristina Oropeza Barrera de la Universidad Iberoamericana, y los doctores Gerardo Herrera Corral del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN y Arturo Menchaca Rocha de la UNAM-, Arturo Fernández Téllez destacó que esta vinculación tiene un impacto no sólo en el estudio del Universo, sino también tiene aplicaciones en el área médica, en la producción de patentes, la generación de tecnologías emergentes y de recursos humanos, entre otras.
Los retos para la tercera toma de datos
Uno de los problemas principales en este tipo de investigaciones, refirió el doctor Arturo Fernández, es buscar desde la perspectiva de la Física de Altas Energías procesos raros de muy baja frecuencia de aparición; entonces, para lograr tener la cantidad de datos suficientes y poder analizarlos, el reto es mejorar los sistemas electrónicos, optimizar el código de deconstrucción de los eventos que se analizan y profundizar en el aspecto teórico, para interpretar de manera correcta esta información.
“Este reto involucra una labor de alto nivel computacional, electrónico y de conocimiento de la Física. Por ello, los estudiantes que se comprometen en estos proyectos deben contar con un perfil muy versátil, con el objetivo de buscar las señales de la nueva Física que se pueden obtener en las colisiones de muy alta energía que se están dando en el CERN”.
El recurso otorgado por el Conacyt permitirá cumplir con los compromisos que los grupos de trabajo han establecido en los experimentos mencionados, además de participar en la toma de datos de estos. El trabajo implica también la construcción de detectores de partículas, en lo cual la BUAP ha destacado de forma activa.