Ante crecimiento de la ZMPT, se requiere un modelo de gestión social con campañas de prevención civil y financiamiento

Viernes, Enero 5, 2018
  • El aumento acelerado de la población, así como los desastres naturales, son las principales causas de la vulnerabilidad social de esa zona

 

La población de la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala (ZMPT) se estima pasará de 2.7 millones de habitantes –registrados en 2015- a 3.2 millones para 2030. Este crecimiento acelerado detonará corredores, centros y núcleos de elevada vulnerabilidad natural y social para su población, afirmó Sergio Flores González, profesor investigador de la Facultad de Ingeniería de la BUAP.

            Ante este escenario, consideró el doctor en Urbanismo por la UNAM, se requiere de la formulación de un modelo de gestión social que integre campañas de difusión y educación para la prevención civil, financiamiento para la atención de la vulnerabilidad social, así como la participación de los sectores público, social y privado. El componente de este modelo debe ser un código de ética que coloque a los derechos humanos como principal eje.

            Durante su estancia de investigación en la BUAP, las estudiantes de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Yamili Priego López y Maritza Ventura Javier, emprendieron un proyecto titulado “Vulnerabilidad social y cambios ambientales en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala”, bajo la dirección de Flores González.

            En este estudio se propusieron identificar las causas centrales que propician los cambios ambientales y sus efectos en la vulnerabilidad social de la ZMPT. “Se trata, en esencia, de preservar la vida y la seguridad de millones de personas, así como la inversión y los activos en infraestructura económica y social”, comentó el académico.

            Al realizar un recuento de los desastres -sismos, inundaciones, deslaves, explosión de empresas y amenazas del volcán Popocatépetl- que se han dado en esta zona, señaló que si bien de 1928 a 1999 se han registrado siete sismos de elevada intensidad -entre 6.5 y 7.3 grados Richter- y se conocen las consecuencias de severas contingencias, como el calentamiento climático, “no existe una cultura de prevención para atender los posibles efectos de los cambios ambientales en la vulnerabilidad social, ni en la ciudad de Puebla y menos en el resto de los municipios que conforman la metrópoli”.

           

La mancha urbana de las dos capitales

La zona metropolitana Puebla-Tlaxcala concentra 31 municipios, de los cuales 12 corresponden al estado de Puebla y 19 al de Tlaxcala, entre estos las capitales. Como ocurre en todo proceso de metropolización, se han observado efectos de “empuje y arrastre” generados por la localidad central, que en este caso es la Angelópolis.

            El urbanista Sergio Flores González sostiene que los municipios de Puebla, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, Amozoc, Cuautlancingo y Coronango, así como los tlaxcaltecas San Pablo del Monte, Papalotla y Tenancingo, son los que han presentado mayor expansión de la mancha urbana desde 2010.

            Pese a las previsibles implicaciones de este crecimiento y no obstante la presencia de fenómenos naturales que han ocurrido en la ZMPT  -sismos, lluvias atípicas, inundaciones y vulcanismo-, la curva de aprendizaje ha sido lenta, pues durante las recientes décadas, “vemos que no hay una adecuada campaña de difusión para hacerles frente, ni la generación de una educación ni cultura de la prevención civil que anticipe y prepare a la población para atender estos problemas”, sostuvo el especialista.

            “Es probable que fenómenos naturales se sumen a los cambios ambientales producidos por la mano del hombre (como la deforestación de extensas zonas de áreas verdes), los cuales vendrían a complicar y ampliar esta problemática”.

            Desafortunadamente, el problema no termina aquí. A esta situación hay que sumar otras coyunturas: “el aumento incesante del parque vehicular, la elevada contaminación de ríos, lagos y cuerpos de agua, la falta de mantenimiento de diversas zonas industriales y comerciales, así como el creciente robo de combustible de ductos de PEMEX, son situaciones que ponen en elevada vulnerabilidad a todos los habitantes de la metrópoli. Son situaciones que deben atenderse”, subrayó.