- El destacado abogado impartió una conferencia durante la Fenali y recibió un reconocimiento por parte del Rector Alfonso Esparza Ortiz.
El objetivo fundamental, meta o propósito de toda argumentación jurídica es convencer, porque un abogado que no sepa persuadir no será bueno en su profesión, consideró Miguel Carbonell, reconocido abogado y docente, durante su participación en la 32 Feria Nacional del Libro. Al concluir su conferencia “Retos para los abogados en el siglo XXI” recibió un reconocimiento por parte del Rector Alfonso Esparza Ortiz, quien le agradeció compartir sus conocimientos con la comunidad universitaria.
En el auditorio de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, el experto señaló que actualmente se necesitan procesos judiciales que estén más enfocados en la ciencia y en el conocimiento empírico duro, lo que a su vez conlleva a pruebas periciales que no están basadas solo en un testigo, sino en la presencia de material genético, el resguardo de los hechos, la metodología del forense y el correcto levantamiento de los indicios, entre otros aspectos debidamente llevados a cabo.
Ante cientos de estudiante del área jurídica, consideró que otro de los retos de los abogados es mantenerse actualizados porque “nunca dejarán de ser estudiantes y tienen que desarrollar un espíritu de autoaprendizaje y seguir preparándose para ser mejores”.
“La gran tarea de un buen abogado no es pelear por todo, judicializar todo, sino que su gran desafío es resolver problemas, negociar las posibilidades”, dijo. Al citar cifras del INEGI, refirió que cada año se inician en nuestro país más de 710 mil procedimientos judiciales sobre materia familiar y la realidad es que muchos de estos se podrían arreglar, en parte, “si los abogados hiciéramos una tarea de mediación, de negociación, en lugar de pelearse por muchas cosas que evitan llegar a un acuerdo”.
Otro de los retos que destacó está relacionado con el marketing jurídico. Ante un mercado laboral muy saturado, este concepto ayudará a que el futuro abogado se destaque ante el cliente, a que lo conozca y sepa que cuenta con una buena práctica profesional, “ningún cliente te va a contratar sino sabe que existes, por eso te debes hacer visible”.
Finalmente mencionó que como profesionistas, los abogados deben escribir bien y tomar en serio el uso correcto del lenguaje, así como mantenerse informados de todo lo que sucede a su alrededor, porque de lo contrario se corre el riesgo de fracasar.
“Ustedes, los estudiantes y futuros profesionistas son el motor para lograr esta práctica permanente, esta disciplina que los acompañará por el resto de sus vidas y nosotros como maestros en el proceso de su formación universitaria les podemos acercar agua, pero nunca les podremos generar esa sed de triunfar, de pasión por aprender, de tener éxito profesional. Esa sed que tiene que estar dentro de cada uno”.